Mercedes Saravia

MERCEDES SARAVIA
(Salta-Salta)


FILAMENTOS

¿Por qué nos destruyen así nuestras propias faltas?
Dante


I

Franklin Watt Faraday Galvania
esos nombres existieron
para que la luz
pudiera brotar incandescente
iluminando el rostro
de alguien que duerme
un racimo de leyes y principios
de axiomas y postulados
la callada explosión de la ciencia
sobre alguien que duerme
la piel translúcida de un foco
deja ver los filamentos
desde donde brota la luz
y cae
sobre un rostro que apenas
se mueve al respirar
sutil y preciso el mecanismo
corpóreo el haz de luz
ilumina al que duerme
ajeno al drama que lo atraviesa


II

Bajo el efecto de sedantes
en dosis controladas
por hombres que sueñan
el sueño de la ciencia
alguien duerme
su conciencia sepultada
bajo el chaleco químico duerme
ignorante del diagnóstico en su hoja clínica
de los escritos en los manuales
de los discursos en los congresos
del porcentaje de las ganancias
duerme
mientras una enfermera
llena una ficha
con una birome azul
el médico de guardia firma la receta
y una nueva dosis de sedantes
cierra el infierno de alguien que duerme
mientras un foco ilumina la escena
sin pensar
sin ver
sin juzgar
como un dios indiferente y ciego


III

¿Es soluble el infierno en una dosis alta de sedantes?
La ciencia es tu nodriza
te cuida
te acuna
te duerme
te salva de tus angustias
las células ordenadas
por una fórmula escrita con precisión
químicos combinados exactamente
circulan por el torrente sanguíneo
se dirigen a tus riñones
terminarán su viaje
por las cloacas de la ciudad

Alguien tuvo que decir
pienso luego existo
la ciencia moderna hizo su aparición
La maquinaria se mueve
por un camino sin retorno
¿Qué viene ahora?
¿todo apunta a lo peor?
Tus parientes entran al cuarto
hablan en voz baja
te miran dormido
en brazos de la ciencia médica


IV

Una mano blandió el cuchillo
y lo clavó con saña en el brazo contrario
diestra y siniestra enfrentadas
en una lucha a muerte
¿cuál hiere y cuál recibe la herida?
¿las dos un mismo adversario?
el cuchillo hiende la carne
desgarra la piel los tendones
la arteria el nervio mediano
sangre
fluyendo por un canal abierto
sangre
sobre la ropa las piernas los zapatos
sangre
fuera de cauce fuera de causa
¿quién se hiere así y por qué?
¿a quién hiere en esa herida?
¿a quién castiga, a quién se ajusticia?
la sangre se derrama sin precisar el motivo
cae marca huella como si fuera una culpa
desangrado vaciado vuelto el propio desecho
¿quién la víctima y quién el victimario?
aterido de insomnio
alguien elige no saber
una mano apaga la llave de luz
la otra enciende la oscuridad


B R O D S K Y

El poeta Joseph Brodsky
a las 5 de la madrugada
por la pantalla del televisor
el idioma es la verdadera patria de un poeta
sostienes con obstinación
te persiguieron para destruirte
te aferraste a las palabras
a tu fe en la poesía
para sobrellevar
el mundo que te tocó vivir
conociste a Anna Ajmátova
parecía una emperatriz
sus tres maridos fueron muertos por el Estado
su hijo sufrió persecución
Joseph te prohibieron ver a tus padres
asistir a sus funerales
te acusaron de parásito social
tres años exiliado en el Distrito Arcángel
la vida da un paso atrás Joseph
vagas por la tierra de nadie
el invierno arranca el calor de tus manos
estás expuesto a la afinidad con los que sufren
tres ataques cardíacos
una operación a corazón abierto
volviste a Rusia
después de la invasión a Checoslovaquia
tuviste que volver a partir
“vidanya”
hasta que nos volvamos a ver
te fuiste a Estados Unidos
solución difícil y dolorosa
te habían arrancado los lectores en Rusia
el poeta y el lector deben ir juntos
no te detuviste continuaste creciendo
sobrevives nutriendo tus raíces
en tierras extranjeras
la libertad es no recordar el nombre del tirano
y escribes un poema de Navidad en cada diciembre
estar afuera es el corazón del asunto
la condición ideal del artista
empujar la cultura elevarla siempre cambiando
encontraste un camino dentro de la escritura
no es fortaleza es obstinación
lo único que puede salvar a una persona