viernes, 9 de diciembre de 2011

Camila Fabi

CAMILA FABI
(Río Grande-Tierra del Fuego)


I

Siento parirme cada retorno a mi mirada,
meu geografía difusa se rebalsa de tensión innecesaria
y la existencia se me hace llanto adentro.


II

Los límites-contornos me presionan hacia el centro,
mi geografía apuñalada en la observación innecesaria
se intenta rehabilitar,

me inundo.


III

Desparramada
intento recogerme
sabiendo
lo desconocida que
resulto
para quien intenta recogerme.


IV

Ansío que recorra mi geografía
amanecida en el horizonte
húmedo,

que permanezca
hasta encontrar la
existencia satisfecha.


V

El silencio y la humedad hechos existencia aquella que se reproduce ensimismada en un rincón y se dilata hasta durante la posición horizontal del recostarse aturdido, repleto de energía maldita que recorre con velocidad violenta de rincón a rincón, dejando tapados los motivos representantes de la acción que estimula el desespero mal llamado porque una retiene la fuerza en un contenedor con peso equivalente al hecho de componerse así, retiene y respira intentando dejarse sin compromiso sin obligación sin estado actual, quien deseo que en el momento sienta disminución desconsolada del situarse hueca delante del logro de reflejarse la oscuridad de lo desconocido eterno que transita entre todas las existencias existentes, repitiendo profundidades aceleradas que arrastran las inquietudes hasta el opaco imposible retroceso y devolución del arrepentimiento delante y por sobre mi carne tensa torpe licuando respuestas del deambularse durante ella misma.


VI

Que se nos caen los ojos abiertos si se titula la exposición jamás expuesta en su totalidad, que se me adormece el cuerpo todo, hasta el contenido del vacío más profundo refugiado del tercer ojo abierto por poder realizar acciones opuestas y golpear golpeo lo brindado sin fuerza ni obligación, creyendo únicamente el hecho de sentirlo necesidad y sostener la lastimadura de límites-contornos colgando inquieta saturando la estabilidad en el espacio reducido que se hace posible.


VII

Sospecho que me deslizo de un extremo al otro sin obstáculos,
que cuando me envuelvo y desenvuelvo soy casi totalmente explorable,
que voy a terminar insertándome en quienes no seremos nunca nosotros porque serán siempre ustedes, mi presentación será mentira y a partir de ella deseo eternamente que nos permitamos situaciones conclusas e inconclusas, paralelas a otras con acciones desprolijas y hasta con dolores sufribles únicamente en tales respiros; respiros sostenidos entre las manos sin fuerza coherente, satisfacción con cobertura de juguete desmontable, utilidad servible no reconocida ni siquiera encontrada. Vuelvo a sospechar y esto pone en desequilibrio mi estabilidad no estable: ni una acción ni la otra me son tomables de la mano, propongo valoración y ayuda continua real, la puta que te parió.


VIII

Retengo en los ojos:
escondite cómodo
de miradas encapsuladas,
atorrantas por aislarme
y llevarme adentro,
profundo,
al fondo.

Lugar donde lo hecho no es porque no hay luz ni
mío ni tuyo ni nuestro,
porque
es
porque soy porque fui porque

ay.


IX

Porque a veces funciono desparramada del oscuro al claro y por tal acción voy aspirando lo gritado por quienes soy y quiénes no. El espacio pesado en que me traslado de la noche al día es extraviado dentro mismo, hierve sus compuestos acostumbrados a mí. Como acariciar con los ojos al ombligo que duerme bajo las mismas sábanas que mis rodillas o inquietarse delante de un espejado sombrío y con humo anaranjado. Puede parecerse estático, sin movilidad posible, sin transformación existente en el mañana. Puedo desmantelar las mesas en que nos convertimos y casi obligarnos a posar en la vidriera en que se posan los ojos que nos alimentan o nos destruyen hoy y ayer. El resolver incapaz de convertirse aceptable y desde todo nuestro alrededor se nos dirige una estación anímica nunca experimentada que logra envolvernos casi por completo, nos penetra y moviliza, pesados de inundación secundaria producida sin deber quizás.
Ridículo inicio del accionar que no acciona por arriba de las inmensas y absorbentes características, noto y admiro desenvolturas de respuestas que suelen introducirse en las zonas profundas con las que se conviven. El desatado pasado es apreciado con su contorno lineal desprolijo para ojos que no son míos, me resulta invisible y hasta invencible porque hoy es y ayer no. Nuestro sexo mal elaborado se disuelve entre miradas sobre pechos con preguntas no hechas, quien lo posee se ríe de venganza incomprendida aún hoy noche de martes y pelo húmedo hambriento de enrosque chiquito con un parecido.
La estabilidad que debe incorporárseme me asusta y ahora mismo en pleno intento no logro reconocer si quien corre soy yo, dejándome inquieta e inestable, podría eternamente. Me rehago en contra mío, me deshago inconclusa, me supongo al recomponerme y el suponerme así envuelta en papel es lo que me hace ser; me observo a pesar de tener los ojos, mutilados a la inversa, en la anterioridad del serme como me soy, porque es este mismísimo ser áspero quien me mantiene aguantando esta existencia prematura: huelo mis uñas y vomito urgencia de reformación de cada rincón.


X

Salvarme de la equivocación desnuda, esquivarla como si al hacerlo realmente la salteáramos, su picante perfil intenta disminuirnos, los nudos que tenemos lo dificultan y derrumban sus límites filosos. Podría hacer un hueco al momento justo y dejar que el aire sobre o manchar mis bordes con tempera gris y revolcarme por ahí, por entre tu piel y tus huesos. Desgarraría cada músculo para evitar tu movilidad y seguiría girando con la nafta en que se transformarían, no evitaría su brote ni si me ofrecieran vestirme cada mañana por hacerlo.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho su poesía. Puedo respirar mientras la leo. Muy bueno este blog. Seguiré pasando. Un gran abrazo.

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  2. Tu POESÍA bebe su encarnadura en lo cotidiano, desde una profundidad del ser. Abrazo muy grande. Cecilia Glanzmann

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