OLGA ZAMBONI
(Posadas-Misiones)
DIÁLOGO DE AMOR EN CHAT
-Te llevaría a Islamabad, país de los puros, lo oí en la tele (y oprimo Enter)
en donde nos mirarían anonadándonos los niños analfabetos y curiosos
y nosotros morirnos en lengua extraña de una vez en el mundo
-De qué mundo decís / no tengo pasaporte/ el crimen de las torres y la cía
y está el rigor fanotanático afgano con sus bifurcaciones
(la pantalla refleja tu estilo receloso en arial inconfundible)
-Te invitaría, repito al apretar el ícono perverso y velocísimo
hace kilómetros de meses que navegamos y no vagamos juntos
y hay un cielo en mi casa, quieta lujuria en verde sin nosotros
Acaso un Islamabad de exóticas miserias nos fingiese
el cauce de la sangre que hace rato perdimos
Barco invisible ebrio lleva y trae mensajes
de estados posmodernos /de doblados criterios/ de cinismo
también el tuyo cuando digas que todo
todo está bien así y que mandás una caricia
(de descarnadas, difuminadas entretelas)
con presión pentium tu estilo telegrama
apenas este mínimo cybersólito amor de tu teclado sobre el mío
es amputado vientre mas-turbado de antípodas
Pero según teorías espectrales y fluctuantes de improbabilidades
no dejaremos ya de ser dicotomía irreductible
paradigmas de pensamiento com-plexo
(i-rreflexo, ir-re-sexo)
y en mi beso
formato sin viñetas, salto de página, tecleteo sin labios
seguiremos jugando sin jugarnos, nos iremos ya-nunca-para siempre y así
Entretanto al espacio sus caóticas leyes en eterno retorno
repetirá este barco ebrio, pero lejos estás
tan extraño y tan lejos como el mapa inestable y oscuro
de Islamabad a donde nunca iremos
POEMAS DEL CAOS
(“paradigmas de pensamiento complejo”)
I
Según las leyes determinantes
de probabilidades
dejaremos de ser
dicotomía irreductible
El tiempo-flecha en línea recta
abolió el paradigma
de los eternos retornos
Haciendo un cálculo
desde el caos global que nos concierne
muy fin de siglo incluido y
con intereses
que paga la espera sin esperanza
de nuestros sistemas inestables,
nunca más te veré.
II
Redondeo lo inexacto
con sus bifurcaciones
y me digo que quién sino yo
Voy alojando
las estructuras de mi no-equilibrio
con fluctuaciones de lo amado
en escala mayor irreversible
por ante-
diluvianas costumbres de utopías
que se marcharon
costumbres de otros siglos
y de otras
teorías espectrales
complejas
que quién sino yo,
repito,
te repite.
III
Y me digo que sí
que ha de empezar el caosmos
sin dudas, sin dudarlo
Y elijo
un minuto una fórmula
para un cosmético siglo por-
venir
Y me digo:
artesano será y,
desconcertantes semirrectas,
tu siglo y el mío
regresarán a un centro
Pero ya no estaremos
(el fénix es un invento inseparable
de la loca Ilusión).
IV
Quedarse sin habla
sin las mínimas sílabas
o los grandes discursos
Callar
porque nada vale
el gusto la gala el goce
la gola o gala del poema
ese cómo de vivas y de mueras
estrellados
que digan al menos
que la poesía habrá de sobrevivirnos.
ÁRBOL DEL CAOS
Infinitos gajos
a valor infinito
nutren el mundo que creía en el Orden
como insoslayable parámetro
Se ha descubierto: el árbol planetario
de mítica factura
esconde una ordenación de fractales
que es arenisca de universo
Está en el ala de una mariposa
han dicho
en cada planta
en la mínima célula
Islas del orden en el mar del Caos
Hoy los dioses tal vez han emigrado
en algoritmos de escape
y nos dejaron como siempre el enigma
Entonces rumiamos ecuaciones:
los infinitos gajos de estructura compleja
infinitesimales
multiplicadas partículas
nutren el Caos primigenio
engendrador de lo existente
Tal vez en los misterios fractales
late el comienzo y el fin
Tal vez silencios cósmicos revelen
la estructura perdida
El Árbol de la Ciencia del Bien ha dicho
que el Caos sostiene el universo
y en cada gajo en cruz en cada nervadura
nos da su cifra.
Mientras, el otro, el del Mal
–trampas del Orden, contraparte eterna-
hoy como ayer prepara guerras.
Y más acá la propia y nuestra continúa.
EL NÚMERO CUATRO
Cuatro y el Universo
Aire y Fuego, la vida
La Tierra
último lecho
Y en el Agua nutricia
precioso don materno
nacemos.
Cuatro también los puntos cardinales
El Norte altivo sobre el Sur vulnerable
y el sol saliendo al Este
sin hablar del Oeste y su caída
Ocaso y Occidente.
Cuatro las marcas del correr del tiempo.
Cuatro estaciones dando vuelta a los climas
del rudo invierno a la sazón del verano
para que ojo y piel se acostumbren
a que todo varía y se deshace
y cambia de color.
Espacio-tiempo-universo
numerados en cuatro.
(Cuatro palmeras también eran el límite
del Paraíso guaraní
la Tierra Sin Males
donde la humanidad fue creada
y el colibrí temblaba
en la boca de Ñamandú el Primero).
Y cuatro son, por fin,
los puntos límites de la Cruz
principio de la Historia.
Pero la nuestra muere sin finales ni número.
SER LIBRE
(casi un epitafio)
No sé si viviré en algún poema en el caso
de que un poema me sobreviviera
No sé si algún retrato
perdurará en el álbum de meses memoriosos
No sé
si las arenas del recuerdo
arrojarán sentido sobre mis iniciales
Reprogramada en lápida invencible
tampoco sé si aquellos hombres que me amaron
me sobrevivirán y
por azar descuidado
portarán una flor a mi tumba de aire
Pero sí sé que libre
de ataduras y espantos
volará en compañía de los ángeles
mi repetido adiós nostálgico.
Sin voz sólo memoria
desmemoriada y frágil sobre el cielo.
Olga Zamboni, notable narradora; no había leído su poesía tan poéticamente madura. Qué delicia hacerlo, encontrar esta conceptualización con palabras tan dignas de una poetisa de las mejores, según mi humilde entender.
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