viernes, 9 de diciembre de 2011

Silvana Calvín

SILVANA CALVIN
(Rincón del Atuel-Mendoza)

TOTEM

Alma de fuego
corazón
de barro como soles iluminando.
Légamo crepitante
palpitando tu esencia
como correr de lobo surcando tanta noche.

Vorágine de siglos
de centurias
de millones de años.
Milenios de mil leños
esperando el momento de lanzarse
de abrir la voz
gritándote el adentro.

Lengua sedienta ardiendo de fogatas
con perfume de brasas encendidas
aromando el espacio.
Humo blanco y luz anaranjada
envolviendo el momento.

Se revela tu esencia,
la intención de tu forma,
en el tacto rugoso del acero que envuelve tu contorno
en la arcilla que emerge de tu centro
y en el saber de pronto el lenguaje que cantas
batir de sensaciones como cueros
tropeles ancestrales
pata en tierra
tambor de cacería.

Y el instante que es tiempo detenido
porción de eternidad
dentro del pecho.


MENTE

Yo soy tú. Tú eres yo.
Fuego que se eleva por el aire,
agua que fluye por la tierra,
dentro y fuera.
Músculos de barro, venas de paja,
piel de acero entrelazado,
todo fragilidad
como este sueño.
Pero aun más allá
del contorno que se pierde
como arcilla en los dedos
lo que queda:
Intención hecha forma.
Idea como luz de esta mañana,
como canto de estos pájaros.
Voluntad de montaña
más firme que la roca
es el adentro.


ROSTROS

Surjo como tierra y tierra soy
que emerge entre tus manos,
de pronto, como el día.
Desde mi propio centro,
mi forma pierde forma, como el agua.
Porque ríos contengo
y mares interiores
y exudo liquidez como promesas
de incontenible adentro.
Volátil como el aire me convierto
y sigo arriba,
con entrañas de humo que se eleva
hecho fuego en el pecho.
Y es mi rostro, por fin,
el que te mira.
Y es mi boca, por fin,
la que te canta
desde tu propia lengua.


SOL

Tanta noche en mi huerto
tanta espera.
Tanta ansiedad de verte
de acariciar mis ojos con tu dorada palma
de saberte preñado de renuevos
con cada nuevo parto de mañanas.

Y estás al fin
aun cuando no te vea
saltándome en los ojos como chispas.
Y mi pecho crepita.
Porque escucho tu canto luminoso
desde el fondo del alma
y diviso las formas que me enseñas
con tu blanca palabra.

Lengua del universo
infinito de luz
destierra tanta sombra de esta tierra de sombras.
Reverdéceme el tiempo.
Que comience de nuevo el ciclo que me riges
desde lo más profundo de todas mis raíces
hasta la copa llena de tus frutos
jugosos como labios de esperanza.

Sol
bendíceme las venas.
Haz que corra de nuevo por mi cuerpo de tierra
el agua luminosa de la vida.

Germíname los pasos.

Despiértame la savia.


DISTANCIA III

Debió haber sido la vida la que cerrara esto
que llamamos amor
por darle un nombre
a tanta madrugada cortando la distancia
cercando nuestras manos
riéndonos los ojos a lo lejos,
y no esta ausencia tuya para siempre
justo cuando empezamos
a construir de nuevo nuevos puentes.

Porque nunca buscamos aquel daño
que asomaba a su antojo entre los dedos
ni el celo desmedido
ni el correo del viernes.

Ni pensamos que la muerte
sería definitiva.

Ahora
cuando te hayas marchado para siempre,
cuando toda la luz sea silencio
y se mueran contigo todos los amarillos
me lamerá la espalda este deseo
como un tigre sediento de palabras
palabras que te dije y me dijiste
como aquellas que nunca
escribirán tus manos nuevamente.


SI AMANECE SUSANA

Pero, pobre la muerte.
Cuando escucha de ti solloza en un temblor,
porque has dejado preñada a la eternidad de tu existencia.
Susana Chávez (1974-2011)


Susana era en la tierra
como una florecita en la vereda
de ésas que te detienen en la calle
y te quedas mirando
sintiendo que te roza
un pequeño milagro.

Susana tenía palabras
que hablaban de otras penas
con tanto sentimiento que se hicieron
carne en su propia pena.

Susana aromaba el silencio
con la luz del recuerdo
y treinta y siete flores
brillándole en el pelo.

Susana era y tenía
y aromaba.
Pero ahora
a pesar de tus manos
que arrancaron de cuajo
la raíz de su vida
creyendo torpemente que mataban el sueño
Susana es en el viento
como un canto
como un himno de luz
y su nombre es el réquiem de tanto nombre herido
y apagado en tus manos.

Susana es en la tierra
ahora
como un faro.

Pobrecito de vos,
regocijo de sombra,
asesino,
cobarde.
¿Qué va a ser de tus ansias de tinieblas
cuando cada mañana
Susana se levante de nuevo por el este?
¿Qué va a ser de tu sombra
si amanece Susana?


EL CIELO CON TUS OJOS

Miro el cielo
y es una de tus fotos lo que observo.

Canta un grillo,
el primero de la tarde.

Las nubes a lo lejos
dibujan figuras
que me recuerdan a las tuyas.

Nunca más
veré el cielo
de otra manera.

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